


Enero me reconcilia otra vez con las calles empedradas de la infancia.
Donde los colores mantienen su ancestral armisticio
y tras las esquinas aún pueden escucharse consejas
que parecían arrugadas para siempre
en el purgatorio de las sombras.
Finalizada una deslucida Feria del Libro de Cáceres, nuestra asociación, ya con dieciocho años recién cumplidos, afronta los próximos meses ...
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