"Setecientos millones de rinocerontes". La creatividad con mayúsculas. Cáceres con sus calles atestadas de tenderetes. El amor y el desamor, la nostalgia por las cosas que un día nos acompañaron y ahora solo viven encuadernadas en la penumbra del recuerdo. La infalibilidad del destino que no hace distinciones. "Vivir es un rinoceronte". Perderse y encontrarse en las palabras, en el universo de Manuel Vilas. Indagar en el "misterio de los nadadores nocturnos". Abrir los ojos, los oídos y escuchar, acariciar la privilegiada sensación de disfrutar de su mensaje imprescindible. Un poeta, un autor "de los que no se cortan, de los que tienen mucho que decir", como indicara José María Cumbreño en el pórtico de su presentación en el Aula de la Palabra. Nos encantó conocer a Manuel Vilas, al "Gran Vilas", al que titula "Amor" la colección de su poesía reunida hasta 2010, publicada por Visor, y cuyos poemas leyó ayer tarde en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública de Cáceres, con su ejemplar "tuneado", bregado en mil recitales y lecturas. Manuel Vilas, aragonés, residente en Madrid, ciudadano del mundo y profeta del lenguaje. Habíamos desconectado los relojes, el volumen de los teléfonos móviles. Hubiéramos continuado escuchando sus versos prescindiendo del tiempo, de que a las nueve los funcionarios de la Biblioteca tienen que apagar las luces y conectar las alarmas. No fuimos conscientes de que fuera, a apenas dos horas de avión, la humanidad exhibía una vez más su rostro más cruel, que las sirenas ennegrecían la noche, que la pólvora taponaba las fosas nasales de cientos de inocentes. Y nosotros escuchando a Vilas, degustando atentos la cadencia de su voz, de sus pausas, mientras iba desgranando el mosaico de sus poemas con la complicidad del auditorio. De Barbastro hasta Cáceres, no importaba el itinerario de sus versos. Y en la lontananza, la herida abierta de París:
"Has de saber que hay seres humanos ruines"
(de "El hundimiento").
Manuel Vilas, José María Cumbreño y Jesús M. Gómez, en el Aula
El escritor y editor José M. Cumbreño junto al autor invitado
Manuel Vilas lee poemas de "El hundimiento", su último poemario
Lectura de Manuel Vilas ante la atenta mirada de José M. Cumbreño