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Sí, aunque más de media hora aguantando el viento y el frío junto al Museo del Prado era para pensárselo dos veces. Todo sea por poder contemplar los maravillosos cuadros de Auguste Renoir pertenecientes a la Colección Clark, en Exposición Temporal en el Prado hasta el 6 de febrero de 2011. No son muchas obras, pero ciertamente, merece la pena acercarse a verlas, sobre todo porque el Museo, pese a su amplísimo catálogo, no exhibe pintura impresionista francesa (alguna hay en el Tyssen), y pasar de los Grecos, Riberas, Velázquez y demás al colorido y la alegría de Renoir es algo que no se puede disfrutar muy a menudo. Exquisitas las pinturas dedicadas a la figura femenina, el colorido y viveza de los retratos y la expresión de los rostros. Como contrapunto, en el laberinto que es el Prado, tampoco puede prescindirse de una visita a la sala donde se encuentran las famosas "Pinturas Negras" de Goya. Colocarse en el centro y dejar que la vista vaya empapándose de tal panorámica es igualmente una experiencia indescriptible.