Por fin, esta semana vuelve el Aula de la Palabra. Como adelantábamos en la entrada anterior, la escritora Emilia Oliva será la protagonista. Una lectura en la que la imagen también formará parte del festival de las palabras, y éstas llegarán incluso a manos del público que el próximo viernes, día 26, a partir de las 19:30 horas nos acompañe en el Salón de Actos de la Biblioteca Pública. La presentación correrá a cargo de la profesora Elisa Luengo Albuquerque.
Pero no nos quedaremos ahí. Apenas siete días más y el Aula de la Palabra volverá a abrir sus puertas para recibir a un nuevo poeta. En esta ocasión, el viento de los versos vendrá del Norte, de tierras asturianas, en la palabra de José María Castrillón, a quien presentará el poeta placentino Javier Pérez Walias. Conozcamos un poco mejor a nuestro invitado.
José María Castrillón (Avilés, 1966) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Ha publicado los textos poéticos La sonrisa de un delfín (Heracles y Nosotros, 1991), Animal de compañía (Nómadas, 1998), Aún por recorrer (Magua, 2004), La vieja munición (Idea, 2005), el círculo y la piedra (Trea, 2006) y gramos (Trea, 2010, I Premio Ausiás March 2010). Perteneció al consejo de redacción de la revista Solaria y de la colección literaria Nómadas. Co-dirigió, junto a Jordi Doce, el monográfico Antonio Gamoneda. En la lógica mortal (Ínsula, 736, abril de 2008). Es autor de la antología Subir al origen. Antología comentada de la poesía occidental no hispánica (1800-1941)(En prensa).
La siguiente sesión del Aula será ya en abril (viernes, día 1) y coincidirá con la presentación de un nuevo título de la Colección de Poesía de Norbanova. Será el libro "Caminar tras el otoño", del poeta nacido en Cáceres, pero afincado en Benicassim, Juan María Calles, que hace el número 7 de la colección que inició las publicaciones de la editorial.
El poema es un lugar de encuentro, una travesía. Estos poemas de Juan María Calles indagan el viaje como espacio de reflexión y de vivencia, como aventura poética en la que el poeta camina y se construye como personaje junto al lector. Poemas como calles estrechas o como ciudades sumergidas, como barrios por donde transitar en ese viaje hacia lo otro llamado postmodernidad. Travesías que son vida y que dicen un mundo, poemas que son un mundo. El viaje como forma de conocimiento, y como forma de abordar y entender la poesía. El poeta como caminante, como paseante y flâneur, como observador de nubes o titiritero crepuscular, como mendigo y navegante, como viajero en casa de nadie. El viaje de lo cotidiano para encontrarse con lo maravilloso. El viaje hacia el interior de nosotros mismos, hacia los parajes salvajes del alma, allí donde se fundan el ser y la palabra. El viaje a los infiernos. Viajes de ida y vuelta. Viajes sin regreso. Viajes a ninguna parte. Somos, también, esa huella. Caminamos tras el otoño…
(Juan M. Calles)
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