Un curso consagrado por completo a la palabra poética no podía terminar de otra forma sino con poesía. Poesía además con mayúsculas, de esa que penetra hasta las aristas del alma e inyecta todo su cúmulo de sentimientos y artificios verbales. De eso saben mucho Santos Domínguez y Francisco Caro, que ayer nos acompañaron para clausurar el Aula de la Palabra de este año. Venía el primero de ganar la XXXVI edición del Premio Iberoamericano de Poesía "Juan Ramón Jiménez", con su libro "El viento sobre el agua". Por su parte, Francisco Caro visitaba por fin Cáceres para dar a conocer su poemario "Plural de sed" (Lastura, 2015), que ya va por su segunda edición, y que quien ahora escribe pudo disfrutar en su estreno en Madrid, en la librería "Rafael Alberti", ya pronto hará un año. Fue entonces cuando conocí a Paco, de la mano de otro Rafael, de otro poeta, amigo compartido, Rafael Soler, que también visitó el Aula allá por 2014, con los fríos de finales de noviembre.
Francisco Caro y Santos Domínguez en el Aula de la Palabra
Santos Domínguez
Francisco Caro
Tener a Paco Caro entre nosotros ha sido una delicia en todos los aspectos: escuchar de sus labios los versos de "Plural de sed", la sensación de que la poesía ha querido hacerse humana sin despojarse de su exquisita vestidura de palabras. Poemas para hablar de amor, para expresar la proximidad, la separación, el reencuentro de los amantes, iluminación y temblor de los cuerpos en el extravío de una habitación de hotel, cuando la luz alimenta la rebelión de los sentidos y despiertan una sed que es la de uno y la del otro.
Lectura de Francisco Caro en el Aula de la Palabra.
Presentación de "Plural de sed"
Me quedo con los últimos versos del libro, me quedo con la transparencia de su voz, con el discurso acrisolado de los sentimientos y la perfección formal del lenguaje.
quiso arena la noche,
huella, lecho,
que de nosotros hable
la hermosura.
Francisco Caro lee el poema "Me escribiste"
Ahora es el momento de dar las gracias. A quienes ayer estuvieron con nosotros y a todos los que este año han intervenido en el Aula de la Palabra: Álex Chico, Manuel Vilas, Antonio Daganzo, Ana María Reviriego, Emilia Oliva, José María Castrillón, Juan María Calles, Paco Caro. Esperamos que su recuerdo de nosotros y de Cáceres sea tan grato como el que ellos nos han dejado con su palabra y con su amistad. No olvidamos a Charo Troncoso, que por motivos personales no pudo venir este curso, pero a la que tenemos reservado ya un hueco en el próximo. Y digo Cáceres, porque el Aula es también la ciudad, son sus calles y su ambiente, el placer de compartir por unas horas la conversación, el sabor de una cerveza o un buen vino, el empedrado de la parte antigua y el abrazo centenario de sus piedras y de su historia. Quienes por aquí han pasado, también se llevaron un poco de todo esto.
Y mi abrazo prolongado para quienes hicieron posible una tarde deliciosa. Leer es un placer cuando hay personas deseosas de escuchar. Cáceres es un tesoro.Y sus gentes. Jesús, Santos, Vicente que tanto me acompañaron y dijeron.
ResponderEliminarMi abrazo siempre