domingo, 25 de septiembre de 2011

La gran aventura de conocer y aprender cada día algo nuevo.

Siempre se ha dicho que leer es una de las actividades más gratificantes de la vida, y lo suscribo. Aunque desgraciadamente no siempre tenga el tiempo que desearía para ello. Otra fuente inagotable e inusitada de recursos y de conocimiento es la imagen. A través de ella, en sus distintos formatos, se pueden hacer sorprendentes descubrimientos. Con esto queremos presentar
el comentario que reproducimos a continuación y que hoy realiza nuestra colaboradora, la ilustradora Deli Cornejo, a propósito de todo lo que pudo aprender e indagar siguiendo la pista de la antigua figura de una dama cuyo nombre aparecía en un cartel publicitario de primeros del siglo XX:

Hace ya tiempo, paseando por la zona antigua de mi ciudad, vimos en el escaparate de una tienda de libros de viejo un cartel antiguo, donde al pie de la ilustración aparecía el nombre "Tórtola Valencia”. Pensamos en principio que como en otros tantos de la misma época, se publicitaban artículos cotidianos, y me vinieron a memoria los conocidos posters de Chocolates Amatller que diseñara Mucha.

A pesar de estar ya un poco desvaídos por el paso del tiempo, los colores sugerían una magia especial y lo adquirimos, lo guardamos en una carpeta, entre otros documentos y papeles antiguos… Allí estuvo aguardando el momento más propicio para ver la luz.

Hace unos días, al preguntarnos qué podíamos colocar en un pequeño hueco libre que quedaba en la pared, revolviendo entre los materiales de aquella carpeta, apareció de nuevo el viejo poster, y se nos ocurrió colgarlo al lado de otros dos, de temática parecida. Le puse una cartulina de fondo apropiada a los colores del dibujo y quedó dispuesto, como decía, en la pared.

El sábado por la tarde, unos amigos vinieron a casa a hacernos una visita, y al detenerse frente al cuadro, nos preguntaron si sabíamos de quién se trataba, quién era esa dama que respondía al nombre de “Tórtola Valencia”. Les contestamos que no, pues habíamos dado por hecho que no era una persona en concreto, sino acaso una modelo publicitaria típica de la época.

Luego, más tranquilamente, decidí buscar información en la red, y lo que encontré fue muy interesante, pues aquel misterioso personaje era en realidad una bailarina especializada en danzas árabes, que tuvo gran fama y éxito durante la llamada “Belle Epoque”, que fue admirada por todo el mundo, y que incluso escribieron para ella grandes poetas y escritores de su tiempo.

La definieron como una mujer libre, que amaba la vida.

Sirvan de muestra para conocer su espíritu e inspiración, algunas frases suyas:

Estudio todas las razas de la tierra, me identifico con sus costumbres y sus bailes, y así trato de descubrir su alma”.
“Mis danzas son universales, porque llevan alma de humanidad”.
“Mis danzas son pedazos de belleza arrancada a la muerte”.




Postales antiguas en las que aparece la imagen de "Tórtola Valencia", pertenecientes a nuestro archivo.

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